Tiempo Con Dios

Reflexión

¿Alguna vez te has detenido a pensar acerca de la gran variedad de maneras que hoy el mundo nos ofrece para "invertir" nuestro tiempo? Para nadie es secreto que gozamos de una cantidad de formas distintas de entretenimiento que quizás jamás haya sido vista en la humanidad. Hoy nos sobran maneras de pasar las 24 horas del día. Probablemente te haya ocurrido que decides pasar 30 minutos en un videojuego y de repente se convierten en 4 horas. Bueno, parece ser algo muy común en todo el mundo.

Se estima que en 2021, en promedio, cada persona pasa 6 horas y 54 minutos en la internet a diario. 
Si consideramos que debemos cumplir con jornadas laborales, ocupaciones del hogar y  dormir, pues parece una cantidad alarmante de tiempo que dejamos en internet.
 Ahora bien, hay un punto más que quiero traerte  sobre la mesa. 


Tiempo con Dios.

Es verdad que todos nos dedicamos a ocupaciones distintas y tenemos rutinas diferentes, pero hay un tiempo que es demandado en la vida de cada creyente y es el tiempo de comunión personal con Dios. Ese momento donde estamos fuera de las redes, sin otra ocupación en mente sino, nosotros, con nuestra Biblia y Dios a solas.
Ciertamente es una maravilla que el Señor nos conceda acercarnos a él desde la intimidad de nuestro hogar. Pero, querido hermano, como dije antes, este es un tiempo que es demandado para cada creyente, esta no es una más de las opciones de actividades que podemos o no hacer a diario. si bien tenemos muchas otras actividades compitiendo por captar nuestra atención, como hijos de Dios, nuestro tiempo devocional debe ser una prioridad. Aun más, creo que debemos luchar por pasar tiempo a solas con Dios cada día, apartarnos de la rutina, los círculos sociales, la internet y disfrutar de la Palabra y la oración. Es tan fácil que entre todas las ocupaciones laborales e incluso del ministerio nos olvidemos de acercarnos al Señor personalmente. Pero es allí donde el asunto debe convertirse en una batalla para mi, pues de alguna manera debo tener tiempo para Dios. Mi Dios lo demanda, yo lo necesito. Por eso es una prioridad.

Es un asunto tan serio en la vida cristiana que tenemos el ejemplo del mismo hijo de Dios; todos hemos leído que un hábito de Jesús era apartarse para orar y estar en comunión estrecha con el Padre. ¿Pretendemos ser más Santos que el Hijo de Dios, como para no necesitar acercarnos al Señor constantemente? Supongo que tu respuesta es un "no". 
Entonces, querido hermano, te hago una amorosa invitación a que te revistas de ánimo, te llenes de valor y comiences a batallar a muerte por tu tiempo a solas con Dios. Toda relación se fomenta con el tiempo que dedicamos a ella; y esto se trata de nuestra relación con Dios, por lo tanto debemos dedicar un tiempo especial para estar con Él; mi pastor en una ocasión dijo que si es necesario, debemos levantarnos más temprano o acostarnos más tarde, pero no podemos ir por la vida cristiana sin tomar tiempo para estar con Dios.

En mi experiencia sirviendo en la Iglesia, me he topado con la realidad que casi como norma general, los jóvenes dedican muy poco o nada de su tiempo a la meditación y oración personal. No puedo generalizar, pero en la mayoría de casos es así. La juventud culpa a su estudio, a los deberes diarios en casa, a un dolor de cabeza, etc. Pero son también, quienes más tiempo pasan en el teléfono, pueden mencionar una larga lista de series que ya han visto o dedican sin problemas horas y horas a videojuegos. Así que la excusa de falta de Tiempo no parece convincente, en muchos casos. Todo apunta, lamentablemente, a desinterés.  

Hermano, se trata de algo serio, es nuestro tiempo con Dios. 
Debemos ir contra la cultura de dedicarnos a meras ociosidades y acercarnos a Dios para ser edificados e instruidos en la intimidad. No te pierdas la bendición de estar en su presencia cada día desde tu hogar, no te conformes con la adoración corporativa, no te dejes llevar por todo el entretenimiento que hay allí afuera, no te olvides de tu propia necesidad de Dios. 


Esta parece ser una práctica también muy característica de algunos de los hombres que Dios ha utilizado  en la historia de la Iglesia. Se cuenta como Jonathan Edwards llegó a pasar hasta 15 horas en la meditación personal de la Palabra de Dios y la oración, Whitefield distribuía su tiempo en periodos de 8 horas para dormir, estudiar la Biblia-orar y luego estar con la gente. Paul Washer cuenta que las primeras horas del día están apartadas para su cita con Dios, su esposa sabe que nada puede interrumpir ese tiempo, a no ser que algo grave ocurra. Tenemos estos y otros ejemplos, pero nada vale más que seamos nosotros mismos quienes vivamos la experiencia de una comunión personal con Dios.

Nuestro reto es este: 

Con una firme convicción y deseo de obedecer a Dios y disfrutar de su compañía, apartar un  tiempo lejos de toda ocupación para estar cerca de Él, meditando las escrituras y en oración. Hermano, pelea contra todo obstáculo con tal que disfrutes esta bendición, hazlo un hábito de tu vida, no una simple rutina, mas bien, haz un momento especial del día en el que te acercas a tu creador buscando su aliento y cuidado. 

Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Salmo 1:2

Oh Jehová, de mañana oirás mi voz;
De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
Salmo 5:3





Bryan Hernández
23 años | Honduras
Iglesia Bautista Mi Redentor






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