ElTíoBautista

A menudo   en viajes de evangelismo cortos que realizamos con algunos jóvenes de iglesias cercanas, vamos casa por casa hablando con las personas sobre el evangelio de Cristo. Muchos al ver que somos “los evangélicos” se ponen un poco hostiles a nuestra visita, a veces no son muy amables o cuando les decimos “hola, ¿podemos pasar?” de entrada ellos nos reciben con un “yo soy de ´tal´ religión”.   Pareciera que la conversación no tendrá ningún fruto positivo, pero todo cambia en el momento de esta simple pregunta: “entonces, usted está seguro que es salvo(a) y no irá al infierno?”… Justo en ese momento he visto caras prepotentes y molestas convertirse   en rostros inseguros y amigables, voces quebradas y casi siempre la misma respuesta; “eso si no lo sé”. Parece broma imaginar que tantas personas que visitan la iglesia semana tras semana no tengan ni una remota idea sobre su salvación. Viven una vida influenciada por una cultura religiosa pero sin Cristo. De igual forma...

Uno de los atractivos favoritos en la actualidad son los viajes; la idea de recorrer el mundo apasiona a muchos al grado de que hacen sus mejores esfuerzos por ahorrar lo suficiente para ir a lugares lejanos y de esta manera, cumplir su sueño. Creo que si un amigo logra una meta como esta, no sentiría otra cosa que alegría por él, por su viaje soñado, de hecho una de las razones por las que me sentiría alegre es por ver a ese amigo feliz y disfrutando de su paseo. Esperando que regrese para saber más de su experiencia. Pero también estoy seguro que si supiera que mi amigo está sufriendo en su viaje, yo tampoco me sentiría bien o peor aún si su vida corre peligro. Piensa por un momento, ¿cuál sería tu reacción al saber que un ser amado está sufriendo en un lugar lejano y tú no puedes ayudarlo?... La razón por la que te menciono todo esto es porque la Biblia nos narra que todos quienes vivan en su pecado y en el error viajarán al infierno, un lugar espantoso, donde la felicidad no s...